La Empresa Familiar tiene un papel muy destacado en nuestra sociedad, tanto desde una perspectiva económica como social. Las Empresas Familiares, constituyen, en cualquier economía desarrollada, el eje central del sistema económico, vienen a constituir el núcleo central del tejido empresarial español, a la par que prestan importantes servicios socioeconómicos a la Comunidad, como instrumentos de estabilidad y de cohesión. Suponen una parte muy importante del tejido empresarial, y por lo tanto de la economía de los diferentes países y regiones de nuestro país, siendo evidente la gran importancia de las mismas en determinados sectores económicos.
La Empresa Familiar posee determinadas características que la hacen única, y por lo tanto, necesitada de determinadas herramientas a su medida, distintas de lo que son los propios aspectos legales y fiscales, pero, a la vez, complementarios de éstos.
Así en el contexto de la Empresa Familiar, hay que distinguir claramente y con total precisión los ámbitos de la familia, la empresa y la propiedad, y gestionarlos de una manera adecuada para evitar posibles conflictos, estructurando las relaciones de la familia con la empresa y, a su vez, dentro de la propia familia. En este contexto de empresa familiar, cualquiera que sea el sector en el que desarrollen su actividad y el estadio generacional en el que se encuentren, se engloba, el conocido como Protocolo Familiar, acuerdo marco de naturaleza jurídica, que se instaura con el objetivo claro de darle continuidad generacional a la empresa, dentro de la propia familia.
Juega por ello, un papel muy importante, el profundo conocimiento del derecho civil (desde el ámbito del derecho de familia) y su conjugación esencial con el derecho societario y tributario-fiscal, para llevar a cabo una adecuada regulación de estas estructuras societarias.
A su vez, ahondar en la profesionalización de la empresa familiar, supone tener en cuenta tres aspectos importantísimos como son: Los procesos, el gobierno corporativo y la atracción y gestión del talento, siendo fundamental tener en cuenta, que la difusión de esas buenas prácticas de gobierno corporativo, con la implantación de códigos de comportamiento, hacen transparentes a las empresas familiares frente a los inversores, clientes, proveedores y empresas colaboradoras y/o asociadas, aportando un gran valor intangible y preparando a las empresas para obtener capital en los mercados. Su adopción es un requisito casi ineludible para asegurar crecimiento y expansión.
Teniendo en cuenta la creciente especialización en el ámbito de la globalización, y que ésta ha acelerado el proceso de innovación, es fundamental tomar en consideración la capacidad de la empresa familiar para innovar mediante la introducción de nuevas prácticas de gestión y comercialización.
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